Hace tres meses interrumpimos nuestro trabajo presencial debido al COVID-19 y tras la vuelta a la normalidad hemos visto que el confinamiento ha generado ciertos cambios y actitudes en las personas.
El confinamiento ha hecho que muchas personas sean más conscientes de su dependencia y de la importancia de la terapia, para ellas mismas y para su familia o entorno cercano. De un día para otro se modificaron las rutinas de las personas usuarias, pasando de estar 5 horas al día con sus compañeros/as en el centro, a 24 en casa con su familia o quizá solas.
Por otro lado, ha generado que aumente la dependencia al juego en la población, ya que es una de las adicciones que no necesita interactuar directamente con nadie, se puede realizar desde cualquier teléfono móvil. Ya éramos conscientes de esto antes del confinamiento, pero hemos detectado una mayor demanda. La incapacidad de poder consumir ciertas drogas ha hecho que algunas personas lo sustituyan por alcohol, pero también por el juego online.
En sí, tras la vuelta a la realidad ha habido un aumento en la demanda de tratamientos. Estas son algunas de las consecuencias que ha traído consigo el confinamiento.